Hola a todos, en la anterior entrada os hablé de Blancanieves y los siete enanitos, y mientras creaba la entrada, ojeaba curiosidades y visualizaba la película, encontré una película del mismo título, una película española, en blanco y negro, y muda. La primera vez que oí hablar de la película, pues no le di mucha importancia, e incluso la criticaba sin haberla visto. Así que tras ver el clásico de animación de 1937, me armé de valor y vi su nueva adaptación española. No puedo expresar con exactitud lo que sentí al verla, fue una maravilla que me hizo tragarme las palabras dichas anteriormente. Me encantó, y por eso os la quiero recomendar. Como ya he dicho, es una película muda, en blanco y negro del año 2012, dirigida por Pablo Berger y con reparto magnífico, Maribel Verdú, Macarena García, Daniel Giménez Cacho, Ángela Molina y Inma Cuesta. Los actores están impresionantes, las caras y sus gestos están muy bien cuidados a la perfección, ya que es lo que una película muda debe de conseguir. Maribel Verdú y su personaje de madrastra me dejaron sin palabras.
La película comienza en una plaza de toros, la colosal en Sevilla en el año 1920, con un torero llamado Antonio Villalta. En las gradas, su mujer embarazada le está viendo torear. Pero en un despiste, el toro se lanza contra el torero. Rápidamente se lo llevan al hospital, y a su vez, su mujer está dando a luz. El parto sale bien, pero la madre muere, y la niña es llevada junto con el padre, el torero, quien tras ser agredido por el toro, se ha quedado inválido en las piernas. La niña, Carmen, es cuidada y educada por su abuela, donde crece y aprende a bailar, a cantar. Mientras tanto, una enfermera del hospital, se enamora de Antonio, con el fin de conseguir el dinero que éste a ahorrado para su hija en todos sus años de torero. Tras casarse, Encarna, la enfermera, se lleva a su marido a una gran finca con el dinero de él.
Cuando Carmen es un poco más mayor, hace la comunión con el traje que le hace su abuela, y al terminar, recibe un regalo de su padre, al que no ha visto nunca. Un día su abuela se muere, y Carmen tiene que irse a vivir con su madrastra y su padre. Nada más llegar, ella le prohíbe subir al piso de arriba, donde duerme su padre, y le enseña su habitación, que está en el sótano de la casa. La pequeña tiene que aguantar las tareas que le manda su madrastra como si fuera una criada más de las que hay en la finca.
Un día, Carmen sube al piso de arriba, y allí descubre a su padre, en una silla de ruedas. Antes de poder mantener una conversación, la madrastra sube y la niña se esconde debajo de la cama, y allí escucha los malos modales con los que le habla a su padre. A pesar de eso, Carmen sube cada día con su padre, y allí él le enseña a torear. Hasta que un día, la madrastra coge a Antonio y lo lanza por las escaleras con la silla de ruedas. Al llegar abajo, Antonio muere, y la niña se queda sola con su madrastra. Es aquí cuando se produce una escena terrorífica muy parecida a la que vimos en la escena de Los otros, cuando ven las imágenes de los muertos en álbums de fotos, los familiares de Antonio, se ponen a su lado en un sofá, con el cadáver puesto como una persona normal, mientras que las personas hacen gestos como de estar llorando, así van pasando familiar por familiar, mientras que el fotógrafo toma las fotos con el muerto.
Carmen crece, y ya no es ninguna niña, cuando la madrastra manda a uno de sus criados a matar a Carmen. Ella consigue escapar, pero al final es alcanzada y ahogada por el hombre. Horas después, el cuerpo de Carmen es sacado del lago, y le hacen el boca a boca, donde le sacan toda el agua. Al despertar, se encuentra en una caravana rodeada de siete enanos toreros, que iban de ciudad en ciudad toreando en plazas de toros. Carmen decide quedarse con ellos, les enseña cómo torea y a ellos les gusta mucho, así que ella decide olvidarse de su pasado y hacer una nueva vida, y así es como decide llamarse Blancanieves, como el cuento de los hermanos Grimm. El grupo de toreros van toreando, mientras que la madrastra sigue su rastro para acabar con Carmen con una manzana envenenada.
Es una película muy recomendable, con muy buena imagen, con unas actuaciones magníficas, y con una historia que a pesar de llevarse al estilo español, no sale de lo que es en realidad, una historia de celos y amor. Lo que parecía insuperable con la película de Disney, lo consigue Pablo Berger.
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