Hoy os recomiendo una película de las últimas que he visto, es una película mexicana de 1962, dirigida por el mexicano Luis Buñuel.
Es una película en blanco y negro y que te hace pensar. Voy a ir directamente al resumen.
Unas personas ricas están celebrando una fiesta en una gran casa, y muchos de ellos son invitados.
Los criados y los cocineros se van de la casa nada más acabar sus tareas, como si se fueran espantados. Aún así, los ricos siguen con la fiesta en un salón de la casa.
Cuando terminan de comer y hablar se quitan sus chalecos, y se buscan un hueco entre los sofás, pero ninguno de ellos vuelve a su casa, ni siquiera sale del salón. Al día siguiente, al despertar, se plantean el irse a sus casa, pero pasan de la idea, y se ponen a desayunar, con la comida que quedaba en la mesa de la noche anterior.
Al fin, deciden salir por la puerta, pero algo se lo impide, algo que no es físico, ni visible, no hay nada que tape la puerta, son sus mentes que no les dejan salir a ninguno de ellos. Los días van pasando, la comida y el agua se acaban.
Uno de los ricos enferma y muere, y esto causa la discordia entre ellos. Desde afuera, la situación es igual, nadie se atreve a entrar a la casa a salvarlos, pues hay algo que se lo impide, pero no es nada físico, el único que llega un poco más lejos es un niño, que a medio camino se da la vuelta y sale espantado. Los invitados, se verán obligados a mantener la calma y a ingeniárselas para sobrevivir, hasta que puedan salir. Es una película que quien se atreva a verla, le va a ser muy difícil no soltar una carcajada, pues la situación es muy inusual, pues esta gente ni siquiera puede moverse por la casa, sino sólo por el salón, y eso es lo raro. El final, es bastante impactante, y desearás ver la segunda parte, aunque esta nunca se ha filmado.
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