Es una película en blanco y negro de 1932, dirigida por el director de LA MARCA DEL VAMPIRO y de la película de Béla Lugosi DRÁCULA de 1931, Tod Browning.
La película en un principio no tuvo muy buenas críticas, pero ahora es una película de culto, y con una escena muy conocida, la de "te aceptamos, de los nuestros", que quien haya visto la película seguro que se acuerda.
La película empieza con una visita a una especie de exposición de gente malformada, a la que llaman "monstruos".
Entonces, un grupo de gente se queda mirando una caja en la que en su interior, sabemos que hay uno de esos "monstruos", y que es una mujer, y un hombre nos cuenta cómo era la vida de esta mujer, y como se quedó de esa manera.
Entonces vemos el gran flashback que dura gran parte de la película, en la que nos presentan a un grupo de circo, en el que hay enanos, "monstruos", y gente "normal" que sorprende al público con actuaciones típicas. Una trapecista, está teniendo la admiración de un enano, y ella le sigue el rollo, pues los regalos que este le hace, son bastantes buenos, del tipo pulseras, y otros artículos de este tipo. Pero ella no está enamorada de él, sino de un hombre musculoso llamado Hércules.
Un día, se entera de que este enano ha recibido una gran herencia que mantiene en secreto con su mujer. Los planes de la trapecista, son de casarse con él, y matarlo al poco, y así recibir la fortuna para irse con Hércules. Pero la gente del circo se entera, y se ponen de parte del enano, y harán todo lo posible, para que esta trapecista y su musculoso novio, no se salgan con la suya. Al final, la película vuelve al presente, donde la cámara enfoca a la criatura, que anteriormente era la atractiva trapecista.
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